La inteligencia artificial estrecha o débil, también conocida como IA específica, se refiere a sistemas de IA diseñados y entrenados para realizar una tarea específica o conjunto de tareas. A diferencia de la inteligencia artificial general (IA general o fuerte), que tendría la capacidad de realizar cualquier tarea intelectual que un humano puede hacer, la IA estrecha está limitada a su ámbito de programación inicial.
Características de la IA estrecha incluyen:
- Especialización: Están diseñadas para realizar tareas concretas, como reconocimiento de voz, recomendaciones de productos, o análisis de imágenes.
- No tiene consciencia: La IA estrecha no posee conciencia o entendimiento del mundo más allá de su tarea específica.
- Dependencia de datos: Su eficiencia y precisión dependen de los datos con los que ha sido entrenada. Suele requerir grandes volúmenes de datos para entrenar sus algoritmos y afinar su rendimiento.
- Aplicación amplia: A pesar de su especialización, se usa ampliamente en muchas industrias, desde la asistencia personal, como los asistentes de voz, hasta aplicaciones más complejas como sistemas de diagnóstico médico, análisis financiero y sistemas de recomendación.
Ejemplos de IA estrecha son los motores de búsqueda en línea, los sistemas de recomendación de productos de las plataformas de comercio electrónico, los asistentes virtuales como Siri o Alexa, y los sistemas de reconocimiento facial. Estas aplicaciones son muy avanzadas en sus tareas específicas pero no pueden realizar tareas fuera de su campo de entrenamiento.
