Programa de Profesionalización de Artistas Plásticos y Visuales
(Artes plásticas y visuales 2024)
La creación artística es el proceso mediante el cual los individuos, conocidos como artistas, producen obras de arte utilizando su imaginación, habilidades técnicas y sensibilidad estética. Este proceso puede involucrar una amplia gama de medios y técnicas, que van desde la pintura y la escultura tradicionales hasta formas más contemporáneas de expresión como la fotografía, el video, la instalación, la performance y el arte digital.
La creación artística es un acto de expresión personal que puede ser influenciado por diversas experiencias, emociones, contextos culturales y sociales del artista. A menudo, las obras de arte transmiten ideas, emociones, conceptos o visiones del mundo que pueden ser interpretadas de diferentes maneras por el público.
El proceso de creación artística puede ser altamente individual y subjetivo, pero también puede involucrar colaboraciones con otros artistas, críticos, curadores y el público en general. Además, la creación artística puede ser guiada por diferentes intenciones, que van desde la exploración estética y la experimentación hasta la reflexión social, la crítica cultural o la expresión política.
En resumen, la creación artística es un proceso creativo que implica la transformación de ideas y conceptos en obras de arte, que pueden ser apreciadas y comprendidas por otros tanto por su contenido visual, conceptual o emocional.
Que los pixeles y vectores habiten en armonía con los trazos y brochazos de una sociedad que concibe el papel y el bit como unidades básicas que cimientan la humanidad, son esas dualidades y contradicciones en las que habitamos como bipedos humanos, entre la racionalidad y la guerra, entre el amor y el odio, entre máquinas, cables, sensores y experiencias, emociones y lágrimas.
He sido espectador y actor en la movilización de emociones, reflexiones y pensamientos que solo el Arte puede concebir, donde las palabras no alcanzan, donde el lenguaje se queda corto, es en ese espacio, donde el arte cobra sentido y protagonismo, como una expresión tan humana, que desafía las barreras de cualquier ismo, filosofía o realidad, me gusta el Arte porque crea realidades, tan subjetivas u objetivas como el espectador decida.
El arte entonces ha de tener el poder de brindar sentido, incluso a la vida misma en sí, tiene el poder de redefinirse, interpretar y reinterpretar, movilizar corazones, mentes, latidos, puños, manos y labios, como alguien alcanzado y superado por el arte me considero afortunado, de la sensibilidad casi iluminadora que implica ver el mundo desde obras y experiencias, admiro y celebró la capacidad humana creativa, y más recientemente las capacidades no humanas artísticas, me inundan de intriga, emoción y expectativa lo que la máquina, el código o software pueda expresar, pese a estar aun supeditado a la voluntad humana, no veo si no posibilidades en las interacciones y exploraciones creativas de la inteligencia artificial.
Cada palabra que se entreteje en este diálogo entre lo analógico y lo digital parece abrir un nuevo mundo de posibilidades creativas. Me encuentro cautivado por la manera en que se exploran las sinergias entre la creatividad humana y el potencial ilimitado de la tecnología. La idea de que las máquinas puedan participar en la creación artística, inspirando nuevas formas de expresión y reinterpretando las tradiciones establecidas, me parece un terreno emocionante para la exploración.
Me llamo Sergio Esteban Veloza Gonzalez, soy un hombre, heterosexual, cisgenero, mestizo, latinoamericano de 28 años, diseñador grafico y artista plástico y visual, de familia de estrato medio bajo de Sincelejo, sucre, sin embargo nací en Montería, Córdoba el 28 de diciembre de 1995, mi credo oscila entre el ateísmo y el agnosticismo y esto varia según el animo de debate, vivo en unión libre, de ideología progresista y liberal, de cabello negro ojos café oscuros, manejo básico de escritura y conversación de ingles.
Con afinidad por la informática y las artes desde que tengo uso de razón, considero que los videojuegos son el punto donde convergen las máximas expresiones artísticas con las informáticas, soy una persona emprendedora, he fundado y quebrado 4 negocios y espero seguir fundando y quebrando unos cuantos más, me considero una persona tranquila y de mente abierta, me gusta también la filosofía y los debates, considero que tengo habilidades comunicativas, el uso del discurso se me facilita, soy autodidacta y curioso.
Descripción:
Una pintura de fondo oscuro, colores tierra, poca iluminación, una persona enorme sostiene a otra, se la está devorando, la persona devorada está desnuda es sostenida con fuerza, hay sangre en los hombros de la persona, le está arrancando la cabeza, pero aun la conserva, los ojos del gigante están totalmente abiertos, sus dientes tiran de la cabeza de la persona.
Francisco Goya pinta al dios con una terrorífica mirada de locura en su rostro. Está masticando una masa informe, la del cuerpo sanguinolento de su hijo, al que agarra con fuerza incrustando sus dedos en la carne. El cuerpo del hijo es ya adulto comparado con el otro Saturno devorando a su hijo.
Interpretación:
En el más oscuro y profundo temor de un ser que debería ser divino, todo poderoso e invulnerable, nace el miedo de que su propio hijo le quite aquello más amado, ante la situación decide de la forma más salvaje devorar su hijo para evitar una profecía que le removerá de su poder, se lo come con convicción, pero su rostro describe un sentimiento de querer hacerlo.
Esta pintura me permitió en su momento reflexionar sobre la posibilidad de un o unos dioses de sentir miedo, ser egoístas, malvados, fue allí donde entendí que la imagen cuenta mucho más que las palabras.
Investigación:
https://historia-arte.com/obras/saturno-devorando-hijo
Según Miguel Calvo Santos, Saturno está casi tan aterrorizado como nosotros, los espectadores, que al ver esto podemos indagar más en los más profundos miedos del ser humano.
La obra se puede ver con diversas lecturas: en una histórico-política, quizás Goya puede estar hablándonos de unos tiempos oscuros en España (Absolutismo, Trienio Liberal, Década Ominosa…) en los que no faltaron los desórdenes sociales, la agitación y la represión política. Quizás Saturno representa al monarca Fernando VII devorando a su pueblo, o quizás sea el pueblo devorándose a sí mismo, su futuro.
Otra lectura es la representación de los horrores de una enfermedad, el saturnismo (intoxicación por plomo) que sufría Goya, y que acabó por dejarle sordo. Saturno era el plomo para los alquimistas.
Tradicionalmente se había considerado que esta pintura se situaba enfrente de La Leocadia, en el muro corto opuesto de la planta baja de la Quinta del Sordo, pero Glendinning aporta una nueva teoría sobre su ubicación. Según las fotografías que se tomaron antes de ser arrancada la pintura de las paredes, revelan una luz, posiblemente procedente de una ventana, que ilumina el marco con más intensidad a la derecha, lo que apunta que debía de situarse a este lado de la habitación y, por lo tanto, enfrente de Dos viejos.
Goya representó el tema mitológico de Saturno, dios del tiempo, que devoraba a los hijos que iba teniendo con su esposa, según nacían; hasta que ésta impidió que matara al último de ellos, Zeus, quien, ya adulto, acabó con su padre logrando que vomitara a sus hermanos. La pintura nos muestra el terrible momento en que desgarra y engulle a uno de sus hijos. Parece traspasarlo con la fuerza de sus manos, como demuestra la sangre entre sus dedos.
La imagen iconográfica recuerda al Saturno devorando a su hijo de Rubens, aunque hay diferencias entre las dos pinturas. Rubens se muestra más respetuoso con la tradición iconográfica del personaje mientras que Goya se centra en lo cruel y truculento.
Para Nordström este cuadro es el punto de partida para entender la intención iconográfica de la sala, en tanto que Saturno, dios de la melancolía, simbolizaría el estado de ánimo de Goya a que le habría abocado su ancianidad y la enfermedad sufrida en 1819. Otra afinidad con Saturno sería la condición de estar Goya marcado por su signo en cuanto artista creador.
Se trata de una pintura muy simple, que casi raya la abstracción, en la que destaca el intenso expresionismo de la cabeza de Saturno. Posee una gran calidad plástica con fuertes y vigorosas pinceladas, bajo las que se esconde un dibujo perfecto, como indica Gudiol. Es una pintura de contrastes ya que la figura del dios sobresale de un espacio oscuro y neutro, casi irreal. Los rojos de la sangre destacan sobre los negros y grises, logrando un efecto pavoroso.
El expresionismo que Goya formula en esta pintura servirá de inspiración a artistas contemporáneos. El modo de deformar los cuerpos y los gestos de las figuras, como si fueran bestias, influirá en pintores del siglo XX como Solana o Francis Bacon.
Descripción: Es una pintura de un felino como figura central, situado contra un fondo colorido y vívido que mezcla tonos de rojo y amarillo. El gato, es principalmente de color negro, lo que contrasta notablemente con los colores que lo rodea, el gato solo tiene un ojo abierto, el ojo es de color verde, el cuerpo del gato es descompuesto en muchas formas geometricas que se cortan unas a otras.
La escena no representa ningún entorno real, inclinándose más hacia una pieza de arte abstracto o cubista que fusiona elementos de lo natural y lo imaginativo.
Interpretación: La composición de la obra sugiere que el artista buscaba celebrar no solo la belleza física del gato, sino también evocar un sentido de maravilla y creatividad artística. La presencia de un color de acento que sugiere un matiz dorado enriquece aún más la composición, añadiendo una capa de profundidad y vitalidad que cautiva y sostiene la atención del espectador. Hay una notable ausencia de contenido adulto, atrevido o sangriento, lo que hace que la imagen sea adecuada para un amplio público y enfatiza su atractivo como una obra de arte que puede ser apreciada por sus elementos estéticos y temáticos. A través de esta imagen, la esencia del gato no se captura simplemente como un animal, sino como una musa para el arte, simbolizando gracia, misterio y las posibilidades ilimitadas de expresión creativa. La imagen, carente de cualquier texto o puntos de referencia reconocibles, invita al espectador a sumergirse en el puro deleite visual que ofrece, convirtiéndola en una adición convincente a cualquier colección que celebre la fusión del arte y la naturaleza.